A MI TIERRA - APIZACO
A MI TIERRA - APIZACO
El día de ayer, estuve en mi tierra,
sentado en el parque, mirando a la iglesia;
recuerdos vinieron, personas se fueron,
y en el crepúsculo de luces y sombras,
las imágenes crecieron.
La armonía del campaneo alentó la nostalgia
al evocar los juegos, que alegraron mi infancia;
a los amigos de siempre, a los compañeros de antaño,
que nos miran y vuelven a tender la mano.
A los días de fiesta y campo;
a las tertulias de copas, risas y cantos,
de noches frescas, de vientos fríos y etéreo encanto;
a la añoranza del familiar querido,
del ser amado, que el pesar nos causa llanto.
Así recuerdo a mi tierra, la urbe rielera.
Refugio de hispano, morisco y gitano,
de gente nativa, campera y taurina,
que juntos y unidos
trazaron las vías y abrieron caminos.
¡Así se forjó mi tierra, la urbe rielera!
Y ahora, en el recuento que la madurez da a la vida,
la memoria me conmina, el alabar mi pasado:
el que nací en tierra limpia que se cimentó en trabajo.
Por eso vecino, hermano y paisano,
ya sea en suelo oriundo o paraje extraño,
el grito que se oiga, que todos lo sepan,
que mucho es mi orgullo: ¡yo soy de Apizaco!